Mensaje a los seminaristas con motivo del Sínodo de Don Francisco Cerro, obispo de Coria-Cáceres

Cuando convoqué el Sínodo pensaba en todo el pueblo de Dios y también en mi corazón llevaba al Seminario Menos y Mayor. Vosotros os estáis preparando para ser los Pastores de una Iglesia que necesita de la Eucaristía, del perdón de los pecados, de la Palabra Viva y eficaz.

El Seminario en la  vivencia del Concilio Vaticano II es el corazón de la Diócesis, de donde brota la vida de Jesús para formar pastores “con los mismos sentimientos del Corazón de Cristo”.

¿Os cuento el Sínodo?

Vosotros vais a ser los que a la luz del Evangelio y la doctrina de la Iglesia vais a llevar adelante y poner en práctica el XIV Sínodo Diocesano. Ahora con vuestra participación en el Sínodo (Formadores y seminaristas) estamos aportando una riqueza inmensa y también a vosotros os puede ayudar muchos a tener ya desde el principio las herramientas  para ayudar a las personas a encontrarse con el Dios de la vida y a caminar junto a todo el pueblo de Dios para darles la alegría de la conversión.

Tres cosas me gustaría compartir con vosotros:

1.       Ser seminaristas es que os toméis muy en serio el proyecto de ser pastores según el Corazón de Cristo. Esto exige una buena formación y un corazón abierto especialmente a los más pobres. Esto nos lo está repitiendo y demandando el Sínodo.

2.       Tenéis que ejercitar vuestro ministerio en esta tierra, con esta gente, en esta Iglesia diocesana de Coria-Cáceres. No se puede evangelizar lo que no se conoce y lo que no se ama. La mejor manera que podéis tener de prepararos para servir a esta Iglesia que está en Sínodo tenéis que vivirlo potenciando vuestra vida de unión con Dios, de formación teológica-pastoral y también de servicio desde la austeridad   a los pobres y a los que sufren.

3.       Id conociendo a los que vais a servir con la sencillez de vida que pide la gente de nuestro XIV Sínodo Diocesano. El seminario no es una burbuja ni tampoco un invernadero  cálido; es aquel lugar donde nos  vamos formando como discípulos de Jesús que viven en  cenáculo y se preparan intensamente para salir, para llevar, como en un perenne Pentecostés a las calles, a las plazas, a los pueblos al amor de Jesús, al amor de la Iglesia, familia de Dios a todos los empobrecidos. Formarse en el Cenáculo (Sacerdocio, Eucaristía, Amor fraterno, lavatorio de los pies) ( Cfr Jn. 15 )  para ir al mundo en un nuevo Pentecostés, para ser una Iglesia en salida. Esto es lo que repite una y otra vez el Sínodo con el Papa Francisco.
Quiero también a todo el Seminario: formadores, seminaristas menores y mayores, a los que trabajan en todos los servicios del seminario agradeceros vuestra entrega y generosidad y os animo a que viváis como una familia, donde se forman los futuros pastores.

Francisco Cerro Chaves. Obispo de Coria-Cáceres