Mensaje a los grupos sinodales con motivo del Sínodo de Don Francisco Cerro, obispo de Coria-Cáceres

Queridos hermanos y amigos:

En esta etapa del Sínodo, de caminando juntos con Cristo, quiero haceros llegar mi AGRADECIMIENTO por vuestra participación y por tomaros en serio la corresponsabilidad, es decir que todos somos responsables, cada uno según su vocación, con el funcionamiento de la Iglesia Diocesana.

¿Os cuento el XIV Sínodo Diocesano?

Cuando tuve la iniciativa, que se fue plasmando poco a poco, de convocar el Sínodo, de como una de las decisiones episcopales más importantes de mi vida con vosotros y, que al consultarlo a muchas personas e instituciones, descubrí que el  SÍNODO era decisivo para el presente  y para el futuro de la Diócesis. Renovarse o morir. Caminando juntos encontraremos nuevos caminos de evangelización.
¿Qué os digo, como Obispo, en este momento?

Primero, apostar por el Sínodo hasta el final, hasta su realización y después continuar con esta Iglesia sinodal de la que tanto habla el Papa Francisco. El Sínodo es un instrumento de comunión de la Iglesia, del Obispo para, contando con todo el pueblo de Dios (sacerdotes, vida consagrada, laicos) caminar juntos con Cristo para renovar y fortalecer la fe.

Segundo, quiero agradeceros de verdad vuestro buen hacer y vuestra entrega al Señor y a su Iglesia a través de los grupos sinodales donde estáis expresando por una parte que os tomáis muy en serio la llamada de vuestro Obispo, junto con todos de responder a los retos en esta nueva etapa evangelizadora. Por otra parte sabemos que aunque estamos haciendo mucho y también es verdad que todos juntos y creyendo en la fuerza del Señor Resucitado podemos vivir un nuevo Pentecostés, como dice el himno del Sínodo. Todo menos quedarnos cruzados de brazos y retirarnos a los cuarteles de invierno de la queja y d ela amargura.

Tercero, hay que tomar nuestros grupos sinodales como un auténtico trampolín para seguir construyendo Iglesia que camina en Coria-Cáceres. El Sínodo no puede ser un caminar y cuando se acaba punto final. Tiene que ser una realidad que nos lance a todos a una mayor corresponsabilidad y seguimiento de Cristo. Los grupos sinodales deberían continuar la mayoría en su empeño de orar, compartir y continuar juntos. Se  puede continuar siendo grupos de Acción Católica, Vida Ascendente, Cáritas …

Es mejor seguir construyendo juntos  y seguir adelante con la convicción de que la experiencia del Sínodo  como acontecimiento puntual pasará, pero nunca el fruto que debe permanecer en un profundo amor a Cristo y a la Iglesia.


Que la Virgen de Argeme y nuestro bendito Pedro de Alcántara nos ayuden siempre. 

Francisco Cerro Chaves, obispo de Coria-Cáceres