Mensaje a los bautizados que no practican con motivo del Sínodo de Don Francisco Cerro, obispo de Coria-Cáceres
¿Os cuento el Sínodo?
Es verdad que la Iglesia con su
Obispo a la cabeza, sus sacerdotes, sus consagrados, sus catequistas, su
voluntariado siempre ha estado buscando la manera de que volváis a casa.
También queremos saliros al encuentro y a buscar la manera de volvernos a
encontrar.
Parece una palabra que no os dice
nada, peo si os explico que significa caminar
juntos a lo mejor tenéis la
impresión de que no sólo vosotros vivís de espaldas a la Iglesia, sino que la
Iglesia vive de espalda a vosotros, que no le interesa vuestra vida y que la indiferencia es mutua.
No es así. Os prometo que luchamos para que no sea así.
Primero. Quiero haceros llegar
que la Iglesia os quiere de verdad. Que no quiere juzgaros en ningún momento
sino ayudaros ¿Cómo? Sencillamente, el
Sínodo que estamos celebrando, quiere salir a vuestro encuentro. Somos nosotros
los que queremos provocar el encuentro, el diálogo, el estar a vuestra altura.
Nosotros no somos mejores, aunque deberíamos serlo.
Segundo. Quiero invitaros a que
os intereséis, aunque sea sólo por curiosidad qué es un Sínodo donde tantas
personas participan, donde todavía se ve que la Iglesia, la parroquia sigue
convocando. El Sínodo ha lanzado a toda la Iglesia diocesana a este
planteamiento. La Iglesia existe para anunciar a Jesucristo para transmitir la fe (primer tema). Esta transmisión de la fe lleva unida
indisolublemente la caridad
el amor a los necesitados si queremos ser coherentes con el Evangelio de Jesús
(segundo tema). No se puede realizar la evangelización sin contar con los laicos, con los seglares, la
inmensa mayoría de bautizados del pueblo de Dios (tercer tema). El último tema es
que toda esta búsqueda para evangelizar hoy exige una organización de la Iglesia
diocesana (cuarto tema). Cada vez más evangélica y sencilla, donde hay
comunidad cristiana.
Tercero. Conoce un poco el lugar
más cerca que tienes de cristianos. A lo mejor te puede llevar algún amigo o
amiga para encontrarte con la sorpresa de que hemos cambiado y mejorado mucho
aunque humildemente todavía nos queda mucho por alcanzar.
Por último te pedimos perdón, yo
el primero porque nuestra vida no transmite siempre ni alegría, ni esperanza.
Es verdad que a veces no somos los cristianos hombres y mujeres capaces de entusiasmar.
Nos tenéis que comprender.
De todas maneras te digo que
vuelvas, que también vamos a ir a tu
encuentro. Te damos el tesoro que tenemos que es Jesús, a veces envuelto en un
papel pobre de periódico, pero es nuestra riqueza.
Un abrazo
Francisco Cerro Chaves. Obispo de Cáceres