Mensaje a los cofrades con motivo del Sínodo de Don Francisco Cerro,obispo de Coria-Cáceres
Queridos hermanos:
Desde siempre he manifestado mi
valoración de la Cofradías, afectiva y efectivamente por todo lo que hacéis al
servicio de la Iglesia Diocesana, a través de la religiosidad popular que expresa
los sentimientos sencillos y humildes del corazón humano.
Sois muchos los cofrades que
estáis participando en el Sínodo Diocesano y también me gustaría que fuesen
muchos más, por eso quiero compartir con vosotros.
¿Os cuento el Sínodo?
Es el ejercicio de mayor
corresponsabilidad que tiene el Obispo para, contando con todo el pueblo de
Dios y caminando juntos con Cristo, buscar cauces de renovación y de respuesta
a los retos que tenemos hoy de llevar a Jesús en un mundo cerrado a la
trascendencia y donde vosotros podéis despertar el deseo que hay en el corazón
humano del amor a Cristo y a la Virgen.
¿Qué pido como Obispo a todos
los Cofrades de la Diócesis?
Primero, agradezco a todos los que
participáis en el Sínodo que os sigáis tomando muy en serio este acontecimiento
eclesial y su participación. A los que todavía no participáis, sobre todo a los
que están en puestos directivos, os estáis perdiendo un acontecimiento eclesial
único y de corresponsabilidad, que luego nunca podréis decir que la Iglesia
diocesana no cuenta con vosotros para caminar juntos con Cristo. Os repito lo
que les he dicho a otros cristianos de asociaciones y movimientos, no estar
presente en el Sínodo es condenarse a terner poca relevancia las cofradías en la Diócesis, en
las parroquias. Sin una presencia de las Cofradías en el Sínodo vuestra
realidad eclesial y presencia de
comunión va a ser pobre.
Segundo. Vosotros tenéis una
responsabilidad que no podéis mirra a otro lado. Impregnar toda la labor de la
clave sinodal en las celebraciones, en las procesiones, encuentros cofrades es
vuestra labor de servicio a los pobres. Ya sabéis lo que os he repetido muchas
veces de que el sentido de una Cofradía antigua o moderna es la devoción a
un imagen expresión de nuestra fe, que
se le da culto y se celebra como hermandad, fraternidad, comunidad y que nos lleva
al servicio de los pobres. Sin esta dimensión social de compartir con los
necesitados no sería una cofradía totalmente cristiana pues le falta una
dimensión esencial de su fe, la caridad.
Tercero. Sed cofrades de verdad,
cimentados sobre la vida cristiana y experimentar una y otra vez que vuestra
labor se realiza en la Iglesia y tenéis un servicio de evangelización que cada
vez es más justo y necesario.
Por último junto al agradecimiento,
el Sínodo puede ser un momento clave para insertaros y vivir la dimensión
parroquial y el amor a la Iglesia diocesana.
Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres