Los diocesanos abarrotan la Catedral de Coria para Clausurar el Sínodo
La Diócesis de Coria-Cáceres Clausuró su XIV Sínodo en la festividad de la Inmaculada Concepción de María, el 8 de diciembre, en la Catedral de Coria, abarrotada de fieles que quisieron acompañar al Obispo en un momento tan trascendental.
A las 17 horas comenzó la Eucaristía, presidida por el obispo de la diócesis de Coria-Cáceres, Mons. Francisco Cerro Chaves, acompañado de Mons. Celso Morga Iruzubieta, Arzobispo de Mérida-Badajoz y Mons. José Luis Retana Gozalo, Obispo de Plasencia.
A la celebración asistieron numerosos fieles y pudo seguirse también en directo a través de Internet en la web del sínodo y la de la propia Diócesis. En el interior del templo también pudo seguirse a través de una pantalla dispuesta en el campo de la Virgen, tras el coro. La nota musical la puso el Coro Diocesano San Pedro de Alcántara y al órgano Francisco Sánchez.
La celebración comenzó con la interpretación del Himno del Sínodo, compuesto por el sacerdote Florentino Escribano y que ha acompañado durante más de tres años y medio a la Diócesis en el desarrollo del Sínodo.
En la Homilía, Mons. Francisco Cerro Chaves quiso agradecer a los obispos de la provincia eclesiástica su presencia en la celebración, y un agradecimiento especial al Secretario del Sínodo, D. Jesús Moreno Ramos, por el intenso trabajo realizado, así como la de todos los sinodales y aquellos que han trabajado en el Sínodo: relatores y moderadores de las Asambleas Sinodales, las distintas comisiones y todos los que han participado en los 325 grupos sinodales. También agradeció la presencia en la Eucaristía del Pastor de la Iglesia Evangélica de Mérida y Miajadas, Mariano Arellano, un símbolo más en el camino del Ecumenismo y hacia la unidad.
En el altar, junto al icono del Sínodo, y numerosos presbíteros ataviados con las casullas que precisamente portaban ese icono, estaban sendas imágenes de San Pedro de Alcántara y la Virgen de Argeme, patronos de la Diócesis de Coria-Cáceres, a los que en numerosas ocasiones se les ha rezado por los buenos frutos del Sínodo.
El prelado destacó tres claves: alegría, no tener miedo y creer en el Dios de lo imposible: “Toda la experiencia sinodal ha sido una llamada a la alegría, que ha brotado espontáneamente”. “Recordó el salmo, el Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”.
Cerro recordó que el anterior obispo de la diócesis, D. Ciriaco Benavente Mateos, le había felicitado por haber comenzado y concluido un Sínodo que marcará la diócesis en este siglo XXI y también se había sumado a las felicitaciones D. Amadeo Rodríguez Magro, anterior obispo de Plasencia, quien, además, fuera secretario del Sínodo de Mérida-Badajoz del año 1992. También Gil Tamayo, secretario de la Conferencia Episcopal Española, quiso transmitir a través del obispo su felicitación a toda la diócesis.
En segundo lugar, recordó que todos tenemos miedo “a una operación, a una mala noticia, pero el miedo no se supera, el miedo se atraviesa, porque “tu vara y tu cayado me sosiegan”, porque contamos con la compañía de Jesucristo”. Y aludió al lema de este Sínodo: “Caminamos juntos con Cristo para buscar, renovar y fortalecer la fe”. Y añadió: “no tengamos miedo a poner en práctica las propuestas”.
Y el tercer punto, creer en el Dios de lo imposible. Para ello, el obispo de Coria-Cáceres hizo una semblanza de San Pedro de Alcántara y Beato Spínola y cómo ellos creían y mostraban el Amor de Dios en sus obras.
Francisco Cerro culminó su homilía explicando que un Sínodo no es para “ponernos nerviosos, es dar continuidad a la Iglesia de Jesucristo, siendo fieles” y pidió que todos vivamos unidos, consagrados, sacerdotes, laicos, “la Iglesia siempre es coral, aunque alguno pueda desafinar; descubrimos que si caminamos juntos con Cristo, podemos conseguir buscar, renovar y fortalecer la fe”.
Para reforzar esa idea de caminar junto a Cristo, el prelado quiso que al finalizar la Eucaristía la diócesis se consagrase al Corazón de Cristo, como ya se hiciera al inicio de su episcopado.
En las ofrendas, junto al pan y al vino, las propuestas aprobadas fueron entregadas por manos del Secretario del XIV Sínodo Diocesano, Jesús Moreno Ramos, al obispo de la diócesis de Coria-Cáceres, Mons. Francisco Cerro Chaves.
Al finalizar la Eucaristía, el secretario canciller, D. Antonio Chapado, leyó el acta que daba por concluido el XIV Sínodo Diocesano y el obispo, con los otros dos obispos de la provincia eclesiástica como testigos, procedió a firmar dicho acta de clausura de la Asamblea Sinodal, dando así por finalizado de forma oficial el XIV Sínodo Diocesano en nuestra diócesis de Coria-Cáceres, después de más de 3 años y medio de trabajo.
Tras la intensa fase final, han sido aprobadas por la Asamblea Sinodal 232 propuestas, que conformrán las Constituciones Sinodales, aunque a partir de ahora se denominarán como “disposiciones y orientaciones pastorales”. Junto a las Constituciones Sinodales se publicarán, a modo de introducción doctrinal, los textos de las cuatro ponencias. Todo ello, se publicará próximamente.
Estas disposiciones y orientaciones pastorales marcarán el futuro de la diócesis y servirán para el desarrollo de los diversos planes pastorales.
Estas disposiciones y orientaciones pastorales marcarán el futuro de la diócesis y servirán para el desarrollo de los diversos planes pastorales.
- Tres años y medio de trabajo (16-04-2014 al 08-12-2017).
- Casi 4.000 participantes.
- 325 grupos sinodales.
- 5.000 propuestas y enmiendas para los 4 temas troncales.
- 4 sábados de sesiones de la Asamblea Sinodal Final.
- 270 Sinodales convocados.
- 232 propuestas finales aprobadas.