Dario Vitali: La sinodalidad es un desafío, no acogerla es perder una oportunidad del Espíritu

El Padre Dario Vitali abrió el VIII Congreso Teológico Pastoral con una ponencia sobre la sinodalidad desde el Concilio Vaticano II. Presentado por David Flores, alumno suyo en la Universidad Gregoriana de Roma. La ponencia comenzó tras la apertura oficial por parte de don Francisco Cerro Chaves y don Miguel Ángel Morán, que agradecieron a todos la presencia y les pidieron aprovechar la oportunidad que ofrece el congreso.
Dario Vitali bromeó al inicio de su ponencia: “Supone para mí una doble oportunidad para hablar de la sinodalidad, de la iglesia y también para hablar español”. Vitali quiso reflexionar con los extremeños en torno a la iglesia sinodal y las condiciones necesarias para que la Iglesia pueda dar testimonio “y no ser sólo tierra de conquistadores sino conquistada por la Palabra de Dios”. Según el profesor de la universidad Gregoriana de Roma, hablar de sinodalidad parece estar hoy muy de moda, pero esto es un peligro porque las modas pasan deprisa. “La sinodalidad es un desafío, no acogerlo es perder una oportunidad que el Espíritu dona a la iglesia hoy, perder su voz y no reconocer los signos de los tiempos”.
Continuó explicando que muchas diócesis se encuentran inmersas en procesos sinodales: “Muchas iglesias hacen sínodos, intentan caminos sinodales. También obispos que antes tenían una visión hiératica y piramidal hoy parecen convertidos. Este es el tiempo de hablar, como dice el apóstol, a tiempo y a destiempo”
CONCILIO VATICANO II
Vitali destacó que hablar de sinodalidad significa hablar del Concilio Vaticano II, y esto, a pesar de que el Concilio no habla propiamente de ello. “Parece extraño pero es así, no porque no quiera, sino porque no podía. Muchas veces en sus documentos aparece la palabra sínodo referida al propio concilio”.
El Vaticano II, analizó la cuestión de la colegialidad de los obispos entre sí y a la cabeza de los obispos, el Papa. El Concilio no habló de sinodalidad, y Vitali reconoce que fue porque no es fácil dar un cambio de giro. “Se votó capítulo por capítulo, pero aunque no hable de ello -de sinodalidad-, pone las premisas, ofreciendo todos los elementos”. A pesar de todo, han pasado 50 años, medio siglo, antes de que se hablase sobre sinodalidad.
En el primer capítulo de Lumen Gentium se puso fin a la distinción entre clérigo y fieles, “en la eclesiología antes de vaticano II se hablaba de súbditos. Todos somos iguales a razón del bautismo. El título más grande de pertenencia a la iglesia es ser Hijos de Dios, no sacerdote o Papa, antes de hacer, está el ser. Antes de los servicios está la vida teologal o según el espíritu”.
El Papa Francisco pidió a todas las iglesias el 17 de octubre de 2015, que hablasen de lo que los fieles piensan de la familia. El Instrumentum Laboris fue la manifestación de la opinión de la gente, “eso era verdaderamente un modelo sinodal de Iglesia”.Ahora con el Papa Francisco, vuelve al debate, a protagonizar la conversación.
A partir de 1985 desaparece el tema y se habla preferentemente de laicos y teología del laicado. Antes se hablaba de participación, después de colaboración... En la participación todos son iguales en dignidad y cada uno pone sus carismas y dones recibidos, en la colaboración alguien es más que otros, tiene poder, pide colaboración.” 
Por qué es necesaria la sinodalidad
El ponente, el profesor Vitali, considera que este es el tiempo para la sinodalidad: “en un momento donde son más importantes los derechos que los deberes, donde el individualismo acampa”. Ahora, más que nunca son necesarios modelos que acompañen, sin autoritarismos, sinocon la autoridad que da el testimonio.
En Deus Caritas, Benedicto XVI da las claves de la vida de un cristiano, que no es una idea ni una ideología: “es una experiencia, y esto resuena también en Evangelii Gaudium, que seamos discípulos, pero también misioneros”.
Visión de Iglesia sinodal
Dario Vitali desgranó cómo se vivió la sinodalida en el sínodo de los obispos, en el extraordinario de 2014 y en el ordinario en 2015, “La iglesia fue llamada a reflexionar sobre la familia. El Papa pidió escuchar, lo repite mucho, porque escuchar es más que oír. En los 50 años del Concilio, el Papa Francisco dijo que todos en el pueblo de Dios, son profetas y que el espíritu puede hablar a través de todos. En esta idea, pastores y obispo de Roma son el sujeto del discernimiento en la Iglesia, escuchar para discernir y actuar todos juntos. Una iglesia sinodal es una iglesia de la escucha, dice el Papa, con la conciencia de que escuchar es más que oír, escucha recíproca donde todos tienen que aprender, obispo de roma, colegio de obispo y fieles”.
El primer nivel de la sinodalidad es la parroquia
El profesor recuerda que consultar es un verbo fuerte porque “significa escuchar el espíritu, escuchar a cada uno y a todos, haciendo Iglesia, en la dimensión profética de la iglesia”, añade que el discernimiento debe ayudar para poner caminos compartidos. “El Papa, cuando habla de clericalismo, dice que el clericalismo es ocupar espacios y no crear procesos”.
Esto es lo que se pide en el Sínodo Diocesano, caminar juntos, esta porción de pueblo de Dios, confiada a su obispo, “no digo a “un” obispo, digo a “su” obispo. Es una relación esponsal, donde la diócesis no es una circunscripción administrativa o territorial, el báculo, anillo, es una relación esponsal”, sentencia. “Esta diócesis tan antigua es una iglesia porque ha recibido su obispo, el cual no puede hacer todo solo, siempre debe estar rodeado de su presbiterio. Los tres: obispo, pueblo de dios y presbiterio son lo que hacen entre sí esta Iglesia, la sinodalidad es un pacto de confianza, un pacto de estima, de fidelidad entre estos sujetos. Si falta esto, la sinodalidad será una palabra, una ideología, una mentira. Hablar de algo que no se pondrá en práctica, y que servirá para colocarse en las estanterías, pasará como con el Concilio durante muchos año... Hoy es necesario que usemos los documentos del concilio, es necesario que lo asumamos con responsabilidad”.
Por tanto, “la sinodalidad es caminar juntos hacia el Reino en este tiempo, en esta tierra, haciendo Evangelio, traduciendo el Evangelio en el “castellano de Extremadura”. No somos números sino personas, con rostro: “La sinodalidad es un camino donde todos tienen nombre y cara, así entiendo yo el himno del sínodo”, añade para entonar el himno del Sínodo de Coria-Cáceres: “caminamos todos juntos en la misma dirección, tras las huellas del maestro Jesucristo el Señor. Con la fe vamos buscando un camino de vivir... Ya ven, antes que cualquier cosa, la sinodalidad es un estilo de vida: que actualice el Evangelio como se ha de transmitir (…) se abrirán nuevas ventanas y una luz nueva entrará”. Recordó que ya Juan XXIII habló del concilio vaticano II diciendo que era abrir ventanas para que cambiara el aire de la Iglesia.
LA ANÉCDOTA DE LA MONEDA
Dario Vitali, que salpicó de buen humor toda su intervención terminó sacando una moneda de dos euros del bolsillo y pidiendo a todos que observasen, como si se tratase de un truco de magia, para finalmente desvelar:
Las dos caras de una moneda son fe y esperanza, el Padre Alfaro, decía: fe que espera y esperanza que cree. Siempre deben ir juntas”. Después a los sorprendidos les preguntó: “¿y el Amor, dónde está?”, a lo que él mismo respondió: “En que te vayas a comprar un café conmigo”. Nuevamente, en caminar juntos, significado de Sínodo.